TÉCNICAS DE PREVENCIÓN Y LIMITACIÓN DEL RIESGO DE IRRADIACIÓN EXTERNA

La dosis de radiación recibida por un individuo al permanecer en las proximidades de una fuente radiactiva determinada depende de tres factores fundamentales: la distancia entre la fuente y el individuo, el tiempo de permanencia y la materia interpuesta entre una y otra (blindaje).

LA DISTANCIA

La radiación gamma y los rayos X se propagan en el aire siguiendo la ley de proporcionalidad inversa al cuadrado de la distancia. Fácilmente se comprende, por tanto, que en muchos casos bastará con alejarse suficientemente de la fuente radiactiva o del generador de rayos X para que el nivel de radiación disminuya a valores tolerables, que permitan estancias más o menos prolongadas para la realización, en condiciones aceptables de seguridad, de los trabajos u operaciones necesarios.

En la práctica, esto se consigue eligiendo un emplazamiento adecuado para la instalación; y dentro del mismo, la correcta ubicación del lugar de almacenamiento y de operación con las fuentes de radiación, manejándolas, si es preciso, a distancia mediante manipuladores de control remoto (como es el caso de las unidades de cobaltoterapia, aceleradores de partículas y equipos generadores de rayos X), con pinzas (en el caso de disoluciones), e incluso con sistemas automáticos de posicionamiento de fuentes (en el caso de Ia gammagrafía industrial).

En el caso de las particulas alfa y beta debe tenerse en cuenta su limitado alcance en el aire, que depende de su energía inicial. Así, las partículas alfa más energéticas no atraviesan más de unos pocos centimetros en aire en condiciones normales, y solamente una pequeña porción de las partículas beta emitidas por algunos radionucleidos alcanzan a recorrer, en tales condiciones, una distancia superior a tres metros.

EL TIEMPO

Otro factor a tener en cuenta es el tiempo durante el que una persona va a estar expuesta a un determinado nivel de radiación. Lógicamente, cuanto menor sea el tiempo empleado en las operaciones, menor será la dosis recibida. Por ello, es muy importante que las personas que hayan de operar con fuentes de radiación estén bien adiestradas y conozcan debidamente las operaciones que van a efectuar, con objeto de invertir en ellas el menor tiempo posible.

EL BLINDAJE

En la práctica son frecuentes las situaciones en que los dos factores anteriores (distancia y tiempo), por sí solos, no bastan para conseguir unas condiciones de trabajo adecuadas, bien porque a la máxima distancia practicable los niveles de radiación sigan siendo demasiado altos, o bien porque el tiempo a emplear en la operación haya de ser prolongado. En tales casos se precisa interponer entre la fuente de radiación y las personas potencialmente expuestas, un blindaje constituido por material absorbente de composición y espesor apropiados en función de la radiación que estemos utilizando.

Bastará una hoja de papel para detener la radiación alfa; y la beta sería totalmente absorbida por algunos centímetros de un material ligero como madera, vidrio o plástico. Para construir, en cambio, un blindaje adecuado para los rayos X o la radiación gamma es preciso emplear materiales más pesados (plomo, hormigón). El empleo de blindajes es generalmente el recurso preferido, ya que proporciona unas condiciones de trabajo intrínsecamente seguras y evita continuos controles administrativos para imponer a los trabajadores tiempos y distancias determinados en cada operación.

De una forma práctica, las medidas encaminadas a minimizar en lo posible el riesgo de irradiación externa, procedente del uso de equipos generadores de radiaciones, fuentes encapsuladas, y en menor medida, de fuentes no encapsuladas, pueden ser resumidas en:

— Emplear la cantidad mínima posible de material radiactivo o cuidar de que se produzca la mínima cantidad de radiaciones, en el caso de los equipos
generadores, compatibles con la información o con el efecto que se desea obtener.

– Limitar al mínimo necesario el tiempo de las operaciones y de permanencia de las personas en las proximidades del manantial radiactivo, restringiendo asi mismo el número de trabajadores expuestos, siempre que sea compatible con la seguridad de la operación a realizar.

– Mantener la mayor distancia posible entre la fuente de radiación y las personas, de manera que sea compatible con métodos eficaces de trabajo.

— Utilizar un blindaje adecuado entre la fuente y las personas, bien sean profesionalmente expuestos o miembros del público.

– Realizar un análisis detallado de los accidentes posibles, y adoptar las correspondientes medidas de emergencia.

— Efectuar la vigilancia radiológica de las zonas de trabajo y del personal profesionalmente expuesto de forma periódica.

 

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Ingeniero Industrial egresado en 2007, Viajero de corazón y trabajador de hobbie. Soy Instructor certificado de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social. Mi frase, "Sin prisa pero sin pausa" y como viajero coincido en el hecho de "Viajar es la única cosa que puedes comprar, que te hace mas rico"

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