Estudios Estadísticos

Numerosos estudios han puesto de manifiesto la relación existente entre accidente e incidente, es decir la proporción con que éstos tienden a aparecer.
Heinrich, en 1950, teniendo en cuenta los datos que poseía sobre la frecuencia de los accidentes con potencialidad de daño, estimó que en un grupo de accidentes de la misma clase e involucrando a la misma persona, produciría por cada accidente grave o
pérdida de tiempo por lesión, un total de 29 lesiones leves y 300 accidentes sin lesiones.

Para tener una idea de la importancia de los siniestros laborales hay que conocer su número y gravedad: por ello, hay que recurrir a las estadísticas.

Uno de los más conocidos fue realizado a finales de los años setenta por Frank E. Bird y su equipo, realizando un análisis de 1.753.498 accidentes notificados por 297 organizaciones en EE.UU, y que totalizaron más de tres millones de horas/hombre trabajadas durante el período de exposición analizado.


Una parte del estudio incluyó 4.000 horas de entrevistas confidenciales a los trabajadores sobre incidentes ocurridos.

El estudio reveló las siguientes proporciones:

  • Por cada lesión grave informada (que dio como resultado muerte, incapacidad, pérdida de tiempo o tratamiento médico), se produjeron 9,8 lesiones menores (que sólo requirieron primeros auxilios).
  • El análisis final indicó que se informaron 30,2 accidentes con daño a la propiedad por cada lesión grave.
  • Se notificaron 600 accidentes sin daño ni pérdida visible (incidentes).

estadistica

 

Existen otros estudios (Tye y Pearson, 1974/1975) que también establecen la relación  entre accidentes graves, leves y otros sucesos peligrosos. De esta manera, en base a un  estudio de casi un millón de accidentes en la industria británica, se obtuvo la siguiente relación:

  1. 1 accidente fatal o con lesión grave.
  2. 3 accidentes leves, con ausencia del trabajo de al menos 3 días.
  3. 50 lesiones que requirieron primeros auxilios.
  4. 80 accidentes con daños a la propiedad.
  5. 400 incidentes sin daños ni lesiones.

Con estos estudios se indica que existen muchos más «incidentes» que los que causan daños o pérdidas a la propiedad; es decir, ponen de manifiesto que antes que se produzca un accidente se presentarán numerosos incidentes, los cuales deberán ser analizados, y con ello, suministrar conocimientos valiosos sobre deficiencias en el control de riesgos y sobre las acciones a realizar para prevenir futuros daños o pérdidas.

Se comete un error al orientar todo el esfuerzo sobre el  pequeño número de sucesos que producen daños graves, dejando a un lado todas las oportunidades de poder aplicar un control sobre cualquier suceso no deseado.

Por ejemplo, si un trabajador resbala en una mancha de aceite puede:

  1. Resultar ileso.
  2. Dañar la ropa o el equipo.
  3. Romperse un brazo.
  4. Fracturarse el cráneo y morir.

Un control eficaz debe centrar su atención en la causa del accidente y no en los resultados. Las consecuencias de los accidentes son debidas frecuentemente al azar y sobre ellas se puede tener poco control. Así pues, se debe poner un énfasis especial para lograr un control eficaz en la investigación, tanto de los accidentes como de los incidentes. Esto implica aprender de la propia empresa (incluyendo todas las dependencias) y también de otras organizaciones.

 

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FLECHA-ABAJO

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News Reporter
Ingeniero Industrial egresado en 2007, Viajero de corazón y trabajador de hobbie. Soy Instructor certificado de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social. Mi frase, "Sin prisa pero sin pausa" y como viajero coincido en el hecho de "Viajar es la única cosa que puedes comprar, que te hace mas rico"